TIZNE
En mano, la remolacha me recuerda al
corazón: más o menos ese tamaño, más o menos ese peso.
El pelapapas avanza contra su piel
encarnada;
las manos se tiñen.
Despellejada, sobre la tabla, espera al
filo
abrir
carnadura en rodaja.
El cuchillo, también morado.
Una remolacha en rodajas de corazón ya no
puede volver a una.
Lo que sigue es sangriento.
Todo lo que toco se tiñe de morado.
Abro la canilla:
deberá correr mucha agua para extinguir el
color.
Y aun así
me pregunto.
© Josefina Bravo
Muy original!!!😅Patricia Graziadei
ResponderEliminarBellísimo.!
ResponderEliminarPrecioso
ResponderEliminarMati López
Bello!! Imposible no quedarse en el morado que todo lo tiñe y en tu pegunta.
ResponderEliminarQuerida Josefina, así tal cual, Corazón de tinta que no suelta....
ResponderEliminarHermoso! Me encantó!!!
ResponderEliminarHermoso!!! Me encantó!!
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