Cuánta dulzura hay en mi sangre, cuántos
dulces versos de amor escribiría
si no tuviera que alternar mis horas
con ensaladas, carne y vegetales.
Nada de arroz, nada de harinas, nada
de chocolate, cremas, galletitas.
Con crueldad cariñosa me las prohíbe
la doctora Szyskowsky. Qué tristeza
para mi sensibilidad glicosilada.
Mas no estoy triste, no podrán quitarme
la vocación de canto y alegría.
Estoy lleno de amor y de dulzura.
© Antonio Requeni
Hermoso poema, Antonio. Osvaldo Fernández.
ResponderEliminarHermosa ironia
EliminarLleno de amor y de dulzura ...un canto a la vida. Abrazo!
ResponderEliminarMuy bueno,Antonio.Abrazo.Patricia Graziadei
ResponderEliminarMuy bueno querido Antonio un abrazo grande de agradecimiento
ResponderEliminaralba estrella gutiérrez
Muy bueno
ResponderEliminarMuy bueno
ResponderEliminarMatías López
Hermoso e irónico poema.Gracias
ResponderEliminarMAESTRO DE LA DULZURA!
ResponderEliminarABRAZO
Claudia
Qué precioso poema, lleno de alegría de vivir y de humor. Un abrazo
ResponderEliminarExcelente!!!
ResponderEliminarAyy! Pura ironía y sarcasmo. Humor diabético. Bravo!
ResponderEliminarBesosss
Mónica Angelino
Bravo por ese humor diabético que duele!
ResponderEliminarBesosss
Muy bueno!
ResponderEliminarPatricia Alonso
Muy bueno!
ResponderEliminarPatricia Alonso