Poema de Luz Cassino
Equilibrista
Ahora está enredándose en mi cuello
y sube despacito por la nuca
y por un rato se acomoda tibio
sobre mi cerebelo, equilibrista,
se estira y trepa ágil a mi cara,
me toca las arrugas, ronronea,
baila danzas de guerra y frenesí,
sacude el avispero del espanto,
zozobra como un barco de papel
en mares de algodón, mares de sal.
Va lamiendo mi piel poro por poro,
es gigante, es duende y taumaturgo,
la síntesis de Dios y el Diablo ingenuo,
la manzana prohibida y el nirvana.
Saborea mis curvas, mis bahías,
me penetra voraz o enternecido,
nada
deja al azar, todo lo toma:
accidentes, lunares y hendiduras.
Se quedará conmigo para siempre,
lo sé, entonces yo decido cómo,
si será cicatriz o herida abierta,
si dormirá escondido entre homenajes,
debajo de los médanos dorados
donde supo anidar mi corazón.
© Luz Cassino
Etiquetas: Luz Cassino
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