4/9/23

Poema de Alicia Saliva

 


                   María, que se llamaba Magdalena,

                  de la que habían salido siete demonios.

                   Lucas 8, 2 

 

soy una de las mujeres que lo miraban de lejos

 

sigilosa lo seguía hasta los pórticos

yo

¿a las anchas de qué amor?

pregunta arqueada bajo mediodías

este sol que desgañita y mi deseo

de acompasar su silencio

agua surgida, venidera

presagio de pausa en mi dolor

el mejor mago de Egipto

pasó como una trama musical extendida

prolongando en cada cuerpo

la dulzura que aún dentro me suena

 

yo miraba

                de lejos

y nada hubo más cerca

ese hombre y yo

mujer enferma de demonios y de agobios

escrita de nuevo

engendrada en el milagro inaugural

a orillas de lo enunciable

 

fundamental María

mi ya no oscurecido

yo

convocado

hurtado a esa nada

sacudido del remolino de siete muertes

que llevé durante años

estoy llorando

 

bajo su silencio

como pieles exhaustas

enhiestas torres cayeron

por las plazas y en esas palabras

que me gustaba repetir

los pórticos

y las parábolas

desbordaron

mis antiguos centros de lógica diáfana

 

su voz desconocida

cristal de otra

latido desencadenado

conjugó en el aire

las lágrimas de mi llanto

por primera vez

 

© Alicia Saliva

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