Poema de Martín Raninqueo
Con la lapicera dorada
de mi abuelo escribí:
Fui feliz aun estando en la guerra.
Entre disparo y disparo,
bebí el silencio y la luz del cielo.
Hoy que mis padres
batallan con sus males,
camino por la ancha avenida
repitiendo do fa la do fa la
de Spiegel im Spiegel de Arvo Pärt.
Los árboles quemados
arañan las nubes ceniza
y pujan por salir las débiles hojas.
Las ramas le ofrendan al cielo
los nidos de la tarde.
© Martín Raninqueo
Etiquetas: Martín Raninqueo
9 comentarios:
Conmovedor poema. ❤️🦋 G. Ballesteros
Hermoso tu poema Martin!
Exacto tu poema nostálgico y musical Martín. "Las ramas le ofrendan al cielo/ los nidos de la tarde". Muy justa la ilustración de Gustavo. Gracias! Alfredo Lemon
Hermosas imágenes y profundo sentido. Gracias Martín, y a Gustavo, siempre.
Llegan hasta lo más profundo estos versos!
Qué poema hermoso, fuerte. Un abrazo!!
Hermoso.
la realidad tan explìcita, me gustó mucho
Saludos
Anahí Duzevich Bezoz
Hermoso poema
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