Poema de María Ángeles Pérez López
La mujer no conoce la palabra sosiego.
Se sabe el diccionario completito
pero nunca aparece esa palabra
en su nómina larga y prodigiosa
de días y pesares y razones.
Así le va, no hay horas suficientes
para pintar grafitis en su cuerpo
como pared de adobe no horadada
porque ella también puede, yes we can,
ella también pintarrajea un sol
sobre su piel flexible, oscurecida
y la felicidad es el tornado
de saberse viviendo en la mitad
exacta de su vida, en los cuarenta
que han traído a raudales las palabras
para decir que sí, que yes we can,
que hay formas no menores de alegría
en las sílabas blancas sobre el cuerpo,
sobre el duro cemento del país.
Aes tónicas, la eme, súper uve,
letritas que se ponen a crecer
en el patio con niños de la boca,
en su chiquillería y sus hierbajos,
su percentil, su tabla de planchar,
su voto y su pelea de justicia;
las letras diminutas que se bañan
como las nadadoras, las atletas
en el azul intenso de la boca,
se ponen a crecer, se hacen mayores,
salen al mundo, duelen, se estremecen
y escriben la alegría, el abandono,
las redes de agujeros sobre el cuerpo
como una tapia rota y demolida
que se deja querer por las palabras.
No hay forma de poderle a ese festejo.
a Mª Victoria Atencia, por
“Nadadora”
© María Ángeles Pérez López
Etiquetas: María Ángeles Pérez López
1 comentarios:
Estupendo! Gracias! Alfredo Lemon
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