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18/7/23

Poema de José Luis Frasinetti

 

 

Las mujeres de este pueblo

sueltan sus yeguas mansas

antes de nacer, entierran

las penas de los hijos que no nacieron

para el barro

ni en el barro.

 

Les hablan, en el tajamar,

a las otras que fueron, vivas, hasta la muerte.

 

Son comadres

y se prestaron un domingo

y otro.

 

Unas hebras de tabaco para los festines del pombero

se prestaron.

 

Como las otras de su sangre,

degollaron un carpincho o una gallina

con la misma precisión con que salvaron un sapucay en los retornos.

 

Duras, como mandiocas,

resistieron

y no fallaron.

 

Habían encondido el cordón umbilical de sus tristezas

y había que perdonarles

que anduvieran, descalzas, en la lluvia.

 

© José Luis Frasinetti

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