Poema de Jairo Rojas Rojas
(…)
a veces me quedaba días enteros escuchando
los círculos
que abrían el cielo
no era casual que me golpearan en la frente
con un escupitajo
que volvieran a tirar piedras a mi sien
o a mi centro feroz que no escuchaba del
todo
mi madre hablaba con Dios para que hiciera
algo
persignándose para que el supremo volteara
ante una montaña de huesos
pero Él me miraba como los atardeceres y
sonreía
como sonríe el mar cuando lo besas
no pude verle los ojos con tanta luz
no pude hablar
ante el terror solo canté por desesperación
no sabía que eso era la magia
sufría
madre ella
porque no lograba oír la constelación
debajo de mi nombre
la música que ella soñó cuando creyó que
moría
porque yo caminaba lento en la noche
sojuzgado por lenguas parecidas al fuego
desatado
rodeado de monstruos sabios
que amedrentaban contra el habito
sufría la
rezadora
cuando yo [encerrado] torcía el curso de mi
herencia
tan pequeño
bestia comida por la luz de la cúspide
en ese entonces sentí odio y aprendí a
escribir sobre el agua
yo escribía y no sabía
escribí mal y caían semillas de mi boca
jamás pude explicarlo
odiaba el hambre y se lo dije a cada gota
de lluvia
escribí la primera letra de mi nombre e
inicié una guerra
la hoja se llenó de sangre
que luego bebió la gente sola
hice una raya en el río y mi hermano miró
su nombre en el cielo
escribí mal mi segunda letra y el cuerpo se
diluía
el corazón crecía con cada vocal
pronunciada
escribí erre o jota a ese
y me entraron a golpes con huesos recién
sacados del camposanto
escribí mal porque escribí con barro, con
oscuridad de campo,
con lágrimas del que se muere
me dejé intervenir por las historias que me
contaban los árboles
las historias hechas de ritmo
que siempre amé porque no imitaban mi
lengua
así empecé a besar a toda la humanidad en
la boca
y a escuchar los muertos que llegaban
cantando desde las carreteras del cielo
que están en el otro cielo con otro cielo
con otro…
sacudiéndose la tierra de los pies
mi infancia fue un mensaje para este día
los árboles me lo recuerdan cuando llegan a
bailar
el viento también
(otra vez)
uno vuelve del indecible oscuro por los
abrazos
(otra vez)
aunque siempre te hable de lo mismo
(otra vez)
te lo cuento porque yo no lo recuerdo
no sé hablar
te lo canto por necesidad
otra vez
me fui muy lejos sin despedirme
empecé a caminar por los bosques más viejos
de este país
en el oriente
llamado por diamantes, polvo de oro solar
que luego dejé en chozas cayéndose
un vacío que me llamaba
luego huiría porque sabía que nada de eso
me faltaría
al toque del alba
en un largo camino de tierra me recibieron
con un reguero de niños muertos de hambre
de sus vientres abultados salían pequeños
cactus
donde dejé parte de mi sangre
los pequeños cadáveres se fueron
confundiendo con la tierra
era el reino del oro que pocos podían beber
sin odio
el sol iracundo hacía nido en el cielo de
zinc herrumbrado
con hambre ahí nadie podía leer me dijeron
los ancianos moribundos
entonces me adentré solo buscando mi lengua
detrás de mí venían serpientes embobadas
por mi sudor esparcido en el lodazal
jamás pensé que ese camino me llevaría a ti
ya te conté que una boata serpiente durmió
en mi pecho
pero la dejé en su nido
le canté algo mientras se enroscaba a mi
cuello
mientras me desmayaba en el boquete del
árbol más grande
caminé muy lejos buscándome
me volví lector por ello
volví a escribir sobre el agua
© Jairo Rojas Rojas
Etiquetas: Jairo Rojas Rojas
9 comentarios:
Bienvenido Jairo a éste sitio que pretende difundir a poetas contemporáneos/as. Abz, Gus.
Gracias querido Gustavo. Un hogar esta página.
Maravilloso poema, conmovedor. Gracias, Irene.
Hermoso poema Jairo!
Gracias!
Bienvenido con tu potente y fluyente poema Jairo. Alfredo Lemon desde Córdoba
Guauuu... (susurradito)
Pa leerlo muchas veces...
Excelente. Abrazo, Inés Legareta.
Bienvenido Jairo muy bueno tu poema.
Un placer leerlo.
Ana Romano.
Bienvenido Jairo! Tiene imágenes hermosas tu poema. Cargado de fuerza, transmite musicalidad.
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