Frutal
Una voz frutal
despierta los duendes
y una lluvia de arena
profundiza la tarde
en esa dimensión
donde la luna siembra
su melancolía.
Soy aquel
repujado en la madera del silencio
el que esperó
tras los muros del olvido
la mano salvadora
en el naufragio.
Y hoy
el
asombro me gana la mirada
se instala en la cima del poema
cuando desde todas las esperas
tú, mujer de leña
sueltas mis palomas.
© Reynaldo Farías
Bellísimo!
ResponderEliminarPreciosura, gracias. Irene.
ResponderEliminartantas imágenes directas estallan en tu poema! atrapante esta poesía! susana zazzetti.
ResponderEliminarWuauuu.....bello bello
ResponderEliminarLily Chavez
Uuh mujer de leña, qué versos impecables. Y ese dio la estocada.
ResponderEliminarFelicitaciones
Cristian Jesús Gentile