Páginas

15/3/23

Poema de María Marta Donnet

 


 

No pude recorrer su cuerpo joven     su cuerpo niña

su cuerpo susurro     apacible    como una siesta

en el campo.        La imagino flor silvestre      el geranio

que imita la danza      dentro de una maceta.

No pude ver el rocío     ni la luna   que la cubrió

la noche del despojo           la noche

que maduró el dolor   en sus entrañas.

No pude oler     su pelo llovizna        su pelo

oscuro como la tierra.        No pude.          Él sí.

El sí pudo.         El hombre que lavó        su cuerpo después

su cuerpo inocencia          su cuerpo siesta.        Y que envolvió

con una bolsa    toda la niñez       como si hubiera sido necesario      

ocultar alguna mancha.

Él le robó la inocencia.       La inocencia      de ser

y de no seguir siendo.       Niña       boca ingenuidad

boca virginal         i n m a c u l a d a.

Se llamaba Candela        y no pude siquiera gemir su nombre

estallar su nombre.       Nombre de humo     en un tacho de basura.

Y así la amé.      Y así la amo.        A ella y a todas las Candelas

que nos roba  el cinismo y la sordidez.      

Otra muerte pequeña.  

Tan pequeña para algunos.

Tan irremediable para otros. 

 

© María Marta Donnet

7 comentarios:

  1. María de los Ángeles Fornero15 de marzo de 2023, 22:20

    Desgarrador. Necesario

    ResponderEliminar
  2. Excelente poema. Sentido homenaje: por ella y por todas las Candelas!. Alfredo Lemon

    ResponderEliminar
  3. Durísimo poema, sobre una niña que no olvidamos, sobre el dolor que tantas Candelas sufren. Gracias

    ResponderEliminar
  4. Justo en el blanco que nos desnuda y arrebata! Tan bárbara la ausencia de las niñas en manos sucias del depredador!

    ResponderEliminar
  5. Duele y dolerá por siempre, tan enorme este poema, gracias, Irene.

    ResponderEliminar
  6. Tremendo poema , gracias María Marta! Amalia M Abaria

    ResponderEliminar
  7. Bello y desgarrador poema que nos recuerda y nos saca del olvido

    ResponderEliminar