“Ámame”
Si tú quieres,
ámame,
pero no me impongas condiciones;
invítame a pasear por el jardín
tomados de la mano,
podrás jugar con mi pelo,
tal vez mis manos quieran
perderse en tu espesura
tratando de descubrir
tus ocultos anhelos;
alguna tarde lluviosa dime:
escuchemos música
y en los sonidos amalgamados
te recitaré mis versos más sentidos.
Si tú quieres,
ámame,
pero no me pidas que te ame;
tan solo déjame entrar en tu vida
como se entra en una cueva vacía;
déjame iluminarte con el fulgor
de una dorada espiga;
sumergida la nívea esfera
en la laguna cristalina,
se romperá cuando mi mano
le quite el frescor
para ponerlo en tus mejillas.
Si tú quieres,
ámame,
pero no me obligues a decirte
mis antiguos secretos;
no me hostigues, no me ahogues,
tus promesas ya están rotas
y mis esperanzas, mis ilusiones
se desprendieron del corazón,
se esfumaron en el tiempo.
Si tú quieres,
ámame,
desde el silencio sepulcral de la noche
sin palabras estériles,
sin excesivos devaneos,
entonces te amaré
no solo con el cuerpo
sino con el alma.
© Ofelia Pereyra Nadal
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