Poema de Marx Bauzá
La bala.
La bala no sabe de trayectorias.
No conoce su destino.
Ella no determina,
sólo hace.
Ella es apenas artilugio para la muerte.
Es eyectada por el gatillo.
Avanza firme
en dirección a un cuerpo.
Otro cuerpo reacciona.
Se mueve e intercepta el proyectil.
La bala huele a pólvora.
Ahí va.
Atraviesa el cañón.
Un parpadeo / Un latido
veloz / feroz.
La vida y la muerte giran en el tambor.
Golpean / Pulsan.
Estremecen.
Ella se mece a un ritmo finito y seductor.
Atraviesa la ropa.
Estallan las fibras de colores.
Ceden las capas de piel.
Ella perfora,
se incorpora / penetra.
Se adentra allí en la carne.
Se hospeda adentro en un suplicio.
¡Duele!
La bala no distingue ideologías,
no sabe de edad o de géneros.
Ella no interpreta.
No sabe de solidaridad.
Ella es una máquina
de destrucción y de luto.
Ella, funesto transporte
a donde no hay retorno.
Fin / Aniquilamiento / Defunción / Ruina.
Infinita tristeza y melancolía.
© Marx Bauzá
Etiquetas: Marx Bauzá
2 comentarios:
Qué buen poema..❤️🦋 Graciela Ballesteros
Una increíble enumeraciones.
Felicitaciones
Marilyn
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