Poema de Martín Raninqueo
Dolinda
A mi madre, obrera del Frigorífico Swift a
sus 14 años.
Como un kiwi con una cucharita,
así me enseñaste vos.
Voy cerrando las puertas de los cuartos,
la ruka está tomada.
Me siento frente a la computadora
y río con el mensaje de un amigo
sobre una lectura en el MALBA:
unas viejas amigas de Ensenada
invitadas por Arnaldo Calveyra,
salieron en estampida
tras escuchar los primeros versos
del poeta afrancesado que se jactaba
de no volver con fines retóricos
a los lugares de la infancia.
¿Dónde estaban en su poesía
las claves de la Ensenada?
¿Allí, en esas engoladas peroraciones
donde cruzaban entre la niebla
los trenes de ganado hacia el sur?
Viejas que volaron como langostas
tras la fumigación poética
del fumigador de barcos.
La fruta llega a su fin en tres bocados
amargos
y la sangre que fluye de mis venas nasales
busca un cauce, un arroyo en la mapu
para desembocar en el río seco de tu
sangre.
Dos lindas en una, soy tu weichafe,
una chispa del kütral en medio del
pedernal,
el que escuchó en nuestra despedida
la injuria de aquel inglés
del Frigorífico Swift.
Meli meli, obrerita viniste
y perfumada en versos de lluvia
te vas.
Me voy de tu ruka
con tus ollas y vasijas,
todo lo que es cuenco es tu vientre.
ruka: casa
mapu: concepto que ordena y explica la
cosmovisión mapuche; Tierra con su subsuelo, el espacio sobre ella y las vidas
tangibles e intangibles
weichafe: guerrero
kütral: fuego
meli:
cuatro
© Martín Raninqueo
Etiquetas: Martín Raninqueo
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