24/8/22

Poema de Daniel Arias

 


 

Se han perdido

en la niebla de mis ojos

los barcos que tanto amé,

los que han navegado

el horizonte de enero aquellos

viajes siempre inconclusos.

 

Nada era pequeño, ni los ojos

rojos del fracaso ni la tierra seca

de los niños que nadie mira

todos han desaparecido, hasta

la tierra misma polvo de universo.

 

Pero los barcos nacen majestuosos

no se hicieron para vivir

ocultos o ignorados,

participan de la humilde

obra del crepúsculo,

saben los caminos del mar,

dibujan los anónimos marrones del rio,

y duermen con los últimos fantasmas de la noche.

 

De todas las criaturas

que han surcado la tristeza,

de todos los días armoniosos,

de todas las gracias que cantan

me quedo con la libertad del barco

cuando sube por la mañana

con la forma del aire.

 

© Daniel Arias

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1 comentarios:

Anonymous Anónimo ha dicho...

Desde su comienzo se advierte un poema maduro y preciso. Ya en sus imágenes, ya en sus conceptos. Me encantó. Alfredo Lemon

26 de agosto de 2022, 17:40  

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