Cielo
Un cielo para caer.
Otro para encontrarse.
Alguna lluvia de pétalos
y otra de babosas.
Finalmente la piedra removida.
La cucaracha de Nagasaki
o los restos del poema.
Donde están
tus dulces hoyuelos
cuando te quemas viva.
Hace rato que los lápices
ya no se ven.
Flotan en lo profundo.
© Dardo Passadore
ResponderEliminarAmigo querido, wuau, me gustó mucho este poema.
Lily Chavez
Gracias querida Lily!!
ResponderEliminarQué bello poema Dardo.
ResponderEliminarExcelente poema. Contundente.
ResponderEliminarAna Romano.
Muy bueno Dardo
ResponderEliminarMargarita S F