20/5/22

Texto de Jorge Curinao

 


Mi padre era un trabajador. Una mañana, en la primavera de 1987, se fue como todos los días. Pocos días después desapareció. Nadie supo bien qué pasó. Tal vez el mar. El cuerpo de mi padre muerto estuvo allí, en el mar, tirado por varios días, varias semanas. Nadie supo bien qué pasó. Como suele suceder. Desde entonces odio las muertes, las esperas y, sobre todo, los ojos que no quieren mirar.


© Jorge Curinao


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5 comentarios:

Blogger Marta Raquel Zabaleta ha dicho...

Conciso y terrible,como lo que describe.

21 de mayo de 2022, 15:57  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Tan doloroso como bello. Gracias; Jorge!

22 de mayo de 2022, 13:01  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Tan doloroso como bello! Gracias; Jorge! Jime Cano

22 de mayo de 2022, 13:02  
Blogger claudia tejeda ha dicho...

tan inmenso poeta, con tus ojos de mirar
abrazo

claudia

23 de mayo de 2022, 12:15  
Blogger Lore ha dicho...

Aplausos!!

24 de mayo de 2022, 16:03  

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