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8/4/22

Poema de Dardo Solórzano

 


DÍA 38

 

Ha cruzado, la compañera, la línea de fuego,

ese trazo de los garabatos que hace el monte

                                 para dibujarse el follaje,

                                    líneas,

     como el trayecto de las ráfagas del fusil.

 

La he deseado, ¿por qué no?,

pues combate con la misma violencia con la que ama...

 

Me contó que en la plaza, el toro,

        tiene un niño asombrado en los ojos,

     que muere como un gitano:

nómade de sí mismo en cualquier suelo que pisa;

 

uno es todo su pueblo si anda en destierro.

 

Ella me ha leído también en la noche

(yo recostado en sus muslos)

y eso es en sí una emboscada...

 

García Lorca vuelve a su Fuente,

se desnuda en el agua cuando en versos grita: _"¡llanto!"_,

su cuerpo (poema que inquieta a los hombres),

su sexo (forma de escribir en carne viva).

 

El niño mira su fusilamiento,

el metal atraviesa al toro en el monte,

 

una línea de sangre deja la compañera

                        y se pierde entre las hojas

        de este libro de poemas...

 

© Dardo Solórzano


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