30/3/22

Texto de Valeria Cervero

 


El viento desfigura la parte visible del cielo. Extrañamente, los árboles permanecen quietos. Desde lo alto, las cotorras imponen su sonoridad hasta que se alejan. Quedan los sonidos más sutiles del atardecer. El privilegio de estar viva también es escuchar. La naturaleza casi nunca calla.

 

© Valeria Cervero

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1 comentarios:

Blogger Teresa Gerez ha dicho...

Vale, preciosa postal que recuerda esos atardeceres en un parque cuando uno eleva la mirada. Simple y bello. Me encantó "las cotorras imponen su sonoridad"
Abrazo.

2 de abril de 2022, 23:26  

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