Un cuerpo se despide despacio
No se trata de ahogar la palidez
del cielo a la hora del responso,
un cuerpo se despide despacio
y con abrazo,
con el brillo del día
o la noche hasta aceptar
la insoportable rigidez.
Y cuando su dureza
te haga flaquear, contale
los cabellos que solo Dios
conoce, para rescatar tu propia
emoción de manos de la furia.
Pisá lento en la orilla,
no vayas a ahuyentar los peces
que se mueven junto a vos
y nada ven
en ese cuerpo
ni en su última morada.
Es de noche en mi silencio
de lenta despedida, oscura
como el fondo de la calle
entre esta cuadra y la muerte.
Noche de manos
sobre los cerrados puños
de la organza. Después el ruido
del metal y el cuerpo intacto
de mi madre
en un portarretratos del recibidor.
© Roxana Palacios
Excelente, profundo, sublime. Escritura mística que emociona ante la gran despedida. Gracias! Alfredo Lemon
ResponderEliminarMuy bello y conmovedor, querida Ro! Beso grande! María Cecilia Piscitelli.
ResponderEliminarAyy qué belleza! Conmueve! Gracias; Ro! Jime Cano
ResponderEliminarDavid Sorbille dijo...
ResponderEliminarConmovedor poema, admirada Roxana!! Un abrazo
gracias, Jime, Ceci, Dave; gracias Alfredo!, gracias, Gus, siempre.
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