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21/2/22

Poema de Andi Nachon

 


 

Mañana luminosa, hasta hay lago y brilla al fondo. Los océanos

ascienden varios centímetros y seguramente sigan

matando niñas y mujeres. Michael York

 

baja de la pick-up –esas de infancia– yo estoy sola

en la galería y sonrío. Fueron a la estación

W y los amigos: por el finde

vuelven a casa las chicas. Fresca y luminosa

 

la mañana que Michael –un señor mayor

cruza hasta alcanzarme. Casuarinas en la superficie

calma del lago y quién

diría esta llegada a la adultez. No más sorpresas

 

muy señora sureña, ofrezco té y charla amable

sola en la galería. Tan relajado todo

este vecinazgo de estreno pide guía

hacia su casa nueva, en joguineta bajo la escalera

 

no los veo pero algo en el aire dice “hay perros”. Me asomo

señalo el camino: una ruta en ascenso

la subida arbolada. Tenue el sol

ilumina y canta el bosque, su maravilla. Pero no

 

no es Michael York o esa casa tan tigreña no

su muelle donde sé de noche

reflejan las estrellas. Solo es este

comienzo del día, la inminente

 

llegada de mi hija, ya una chica, nuestra cita

animé, nachos con queso, un atardecer

de cara al lago con esa mujer que ahora

ella será. Esto que pasa acá – solo acá

 

mi promesa de felicidad. Luminosa

fría la mañana, mares y océanos continúan su ascenso y matan

siguen matando niñas y chicas. En sueños vislumbro a mi hija

cuando llega a ser mujer y sonrío.

 

© Andi Nachon

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