4/12/21

Poema de Estela Zanlungo

  


Avellaneda 

 

El abuelo tenía la costumbre

de tararear el tango Adiós muchachos

con la letra cambiada.

 

Nosotras admirábamos la fortaleza de sus brazos,

las mangas de la camisa

por arriba del codo en pleno invierno,

la rigurosidad al disponer

las herramientas del galpón.

 

Los domingos de tarde,

cuando las nenas de seis años

jugaban a tomar el té con las visitas,

él me llevaba a lo más alto de la platea Vitalicios,

desde donde los hombres se veían minúsculos

alrededor de las banderas.

 

Cuando se terminaba el primer tiempo,

el abuelo sacaba del bolsillo un billete marrón,

que me sobraba

para una tableta de Suflair

más grande que mis dos manos juntas.

 

Cada tanto, la voz del estadio

Decía Informa Casa Muñoz,

y yo me concentraba en escuchar

porque debía ser algo importante.

 

El tono del regreso era una incógnita,

pero a veces el abuelo cargaba las tintas

en once perros, once caballos

u once presos.

 

© Estela Zanlungo

Etiquetas:

10 comentarios:

Anonymous Anónimo ha dicho...

Tremendo final!!! Graciela Corrao

4 de diciembre de 2021, 21:48  
Blogger valeverona ha dicho...

Muy visual, casi narrativo. Me encanta.

5 de diciembre de 2021, 1:34  
Anonymous Daniel Ruiz Rubini ha dicho...

Excelente.

5 de diciembre de 2021, 9:26  
Blogger macedonianos en Casa Scherpa ha dicho...

muy bueno!

5 de diciembre de 2021, 13:42  
Blogger Adela ha dicho...

Una historia! Muy bueno!

5 de diciembre de 2021, 17:18  
Blogger graciela barbero ha dicho...

Qué hermosos recuerdo de tu abuelo, mi abuelo, los abuelos. Un abrazo Graciela Barbero

10 de diciembre de 2021, 11:59  
Blogger Estela Zanlungo ha dicho...

gracias Gus! gracias a cada unx por los comentarios!

11 de diciembre de 2021, 16:34  
Blogger Ana ha dicho...

Cuánta vitalidad en pocas palabras.Ese narrar despojado, duro, directo, sin vueltas, como el abuelo, gigante amoroso. Qué maravilla!!!

17 de diciembre de 2021, 0:09  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Una bella historia de infancia, de esas que dejan un sello indeleble en el corazón.Bello el abuelo, casi escucho su voz y toco sus brazos fuertes en el poema.
Un abrazo
Juany Rojas

24 de diciembre de 2021, 18:47  
Blogger Javier Rodríguez ha dicho...

Impecable. Que cierre el cierre del abuelo !!Excelente

10 de enero de 2022, 13:32  

Publicar un comentario

Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]

<< Inicio