Dijiste, estoy cansada y miraste con tu
cielo
un silencio de mariposas en los míos,
con un hilo de voz regaste el jardín que
respiramos
y bastó una leve inclinación de la
esperanza.
Esa nube que ascendía de la tierra
desbordó el lenguaje y los rezos,
las casas ya no hacen sombra,
y sin embargo el pasado resplandece,
nos ilumina levemente
y me pierdo
en tu largo sueño,
en un cielo que me incendia,
en tus canciones celestes,
en tu largo y doloroso secreto,
los abismos de tu miedo.
Yo solo llevo el camino, preguntas,
mapas y las palabras necesarias,
tu, traes labios, noche y un temblor,
así seguimos todavía.
© Daniel Arias
Muchas gracias Gus por tu enorme dedicación y cariño. Abrazos
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