Mi madre
vive en una
casa lejana, muy lejana,
con un
patio muy verde
extendido
hacia el norte
con un
limonero,
una
higuera,
dos sauces.
Mi madre
nunca se aburre,
porque
siempre tiene algo
importante
que hacer:
quitarle el
dobladillo a una pollera,
descoser el
botón de una camisa,
remendar un
mantel
para que
quede más bonito.
Ayer salió
a dar vueltas
por el
patio
en la
bicicleta azul, y yo imagino
su cuerpo
chiquitito sobre ruedas
girando
desde la parra al paraíso,
bajo la
sombra suave de los sauces.
Ojalá
huela a limón
cuando se canse.
© Mariana Finochietto
Belleza, Mariana! Gracias!
ResponderEliminarLindo, como todos tus poemas,Abrazos
ResponderEliminarBelleza total⚘
ResponderEliminarTu mirada conocedora de ella!!
ResponderEliminarla `piel de gallina Mariana!! brava SEBASTIAN
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