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4/8/21

Poema de Gabriel Chávez Casazola

 


Koyu Abe siembra una semilla de girasol en los jardines del templo de Genji

 

Koyu Abe, con rigurosa túnica negra,

alta y rapada la cabeza

llano el ceño

siembra una semilla de girasol en los jardines del templo de Genji.

 

Con parsimonia deposita la pequeña cáscara repleta

de luz en potencia

de futuros asombros

en un cuenco cavado entre la tierra.

 

La cubre con una pequeña pala

la riega con una regadera anaranjada.

 

Pasa la brisa sobre los jardines del templo de Genji

la siente Koyu Abe en sus manos salpicadas por el agua.

 

En una bolsa de tela colgada en el regazo lleva

unas decenas o cientos de semillas.

 

Es aún muy de mañana y sembrar cada una es su tarea

y cubrirla

y regarla con su regadera anaranjada.

 

Un millón de girasoles habrán de alfombrar pronto los jardines de Genji y los huertos aledaños.

 

Monjes, campesinas,

todos habrán de tener manos humedecidas por el agua que riega los futuros

asombros amarillos de los niños,

las que serán luces piadosas para ojos extenuados.

 

Koyu Abe no conoce a Van Gogh, mas pinta girasoles con su pala.

Koyu Abe, cuya mirada divisa, en lontananza, los perfiles grisáceos de los silos nucleares.

 

A la vera de Fukushima se levantan los jardines del templo de Genji

y es preciso purificar el cielo, purificar las aguas, purificar el suelo, purificar los soles sembrando girasoles.

 

No es un efecto estético, me dice Koyu Abe, en el silencio de la imagen:

las raíces absorben los metales pesados

y del veneno nace, como si tal, la flor.

 

Mas es verdad que también la belleza purifica

por sí misma,

 

acota el holandés, saliendo del silencio de la tela,

y Koyu Abe me extiende una bolsa de semillas

de cáscaras repletas de diminuta luz.

 

La enorme regadera anaranjada

me la alcanza Van Gogh.

 

© Gabriel Chávez Casazola

7 comentarios:

  1. Hermosisimo poema como todos los que escribe mi querido Gabriel!!!

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  2. Luminoso texto!!!! Marcelo Valenti

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  3. Muchas gracias, queridos amigos, por sus comentarios, y por supuesto a Gustavo por la publicación del poema...

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  4. Bellísimo.
    La luz que hace falta.
    Verónica M. Capellino Rando

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  5. Excelente poema Gabriel. En este atardecer nublado de domingo en Córdoba, Argentina, lo releo para degustarlo más, buceando e indagando. Y comparto la lúcida mirada del crítico colombiano Santiago Espinosa al considerarte "el poeta boliviano más importante de las últimas generaciones". Y aquí lo demuestras sobradamente. Es esta una composición sutil, profunda, comprometida con la vida, la tierra, y la instancia actual de nuestra civilización. Valió la pena investigar quién es Koyu Abe. Gracias y bendiciones! Alfredo Lemon

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