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4/8/21

Poema de María Ángeles Pérez López

  


En el límite exacto de su cuerpo,

la mujer pinta entera a otra mujer:

sobre el rincón del codo, un nuevo codo;

en la piedra esmeralda del oído

una flor engastada en color verde;

en el hueco aterido de su pecho

en que entraron de golpe las palomas

y bebieron cenizas y reproches,

el corazón enfermo, desgastado

y su roja resina primordial;

en el vientre encendido en el desastre,

una mujer sentada en una cama

estrecha y diminuta de un hotel,

mientras lee una hoja que no entiende.

De sus orejas lindas, presumidas,

bajaron las libélulas azules,

de sus pies, los zapatos de tacón,

y está sentada, sola y sin consuelo

sobre una cama estrecha y diminuta

en que lee una hoja que no entiende.

Tal vez hable de flores y abandonos,

del pincel y su pelo arrebatado

que ulcera la anilina, la memoria

y borra con sus lágrimas las letras,

el óleo que se mezcla con la sal

y pierde los colores, la alegría.

 

En el límite exacto de su cuerpo,

sobre el perfil diluido, sin aceites

de adormidera o lino, sin barniz

que proteja su sexo del desaire

en el duele imposible de este amor,

la mujer pinta entera a otra mujer.

Las dos se sientan juntas y se abrazan.

 

              a E. Hopper, por “Hotel room”

 

© María Ángeles Pérez López

6 comentarios:

  1. Estupendo. Con una descripción puntillosa y expansiva, el clima va in crescendo hasta la cúspide del último verso: "Las dos se sientan juntas y se abrazan". Muy bueno. Alfredo Lemon desde Córdoba

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  2. Esas dos que son una y a veces se reconocen.

    Besosss

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  3. un placer leerte querida Maria Angeles cuantas bellas imagenes y profundidad Felicitaciones un cariño

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  4. María Ángeles Pérez López1 de septiembre de 2021, 5:30

    ¡Gracias por cada una de sus bellas y generosas palabras!

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