Mi ciudad
Las calles
están desiertas.
Vestidas de
papeles contaminados.
El reloj no
detiene sus agujas
y marcan
las cinco de la mañana.
Es invierno,
oscuro,
frío.
Es invierno,
húmedo,
pegajoso.
El domingo se anuncia y en el aire hay
aún, un hedor de sábado a la noche.
Las calles fueron recorridas hace apenas unas horas.
Las calles nunca son palpadas y admiradas.
No se alza la mirada para ver su arquitectura
Las calles, sólo son calles un sábado a la noche.
© Belkys Sorbellini
Paisaje invernal muy bien poetizado! Alfredo Lemon
ResponderEliminarGracias Alfredo!
ResponderEliminar"...no se alza la mira para ver su arquitectura..."
ResponderEliminarSutil reclamo en el que la belleza no apreciada se sugiere como promesa a quien levante los ojos hacia ella y a quien la sepa delicadamente esbozada en el poema...
Hermoso.
Verónica M. Capellino Rando
Gracias Verónica!
ResponderEliminarEn este tiempo, las calles son apenas transitadas por obligación, nada ni nadie se detiene. Mucho menos disfrutar del paisaje o de su arquitectura.
ResponderEliminar"El domingo se anuncia y en el aire hay aún un hedor de sábado a la noche" Me encantó!!!!
ResponderEliminarGracias por llevarnos en tu recorrido y señalar ,lo que no. Muy bueno querida Bel .
ResponderEliminarHermoso poema, Belkys, abrazos
ResponderEliminar