PEQUEÑITA
A la niña de la Rúa de San Francisco
Por la
orilla de la navaja surge
una
sombrita
que agoniza
todas las penas
en la oreja
de la calle.
Tiene el
cuerpo tatuado
de harapos
sucios
y la mano
abierta como una herida.
Cruza con
ojos desguazados,
un puente
procaz.
Junto a
ella,
discurre la
Justicia sin echarle siquiera
(igual que nosotros)
una mirada.
© Marita Rodríguez-Cazaux
Muchas gracias querido Gus! mispoestascontemporáneos es un espacio de poesía que une, renueva, salva.
ResponderEliminarAbrazo, Marita. Y que no hayas más sombras en las orillas de las navajas. V.S.M.
ResponderEliminarquerida MARITA poema breve, sencillo y profundo , agudas imagenes y un remate excelente Felicitaciones un cariño
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