PEQUEÑA
Porque sigo
esperando
como tonta,
como pequeña castigada
que culmine
el castigo, pero no pasa.
Nada rompe
este silencio de muerte
al que me
has condenado tantas veces
entonces,
sin querer en mi rincón
dejo alguna
lágrima correr
que cae con
mi alma hasta el suelo.
Porque sigo
esperando
como alma
en pena, como pena eterna
y reconozco
el desarraigo en la mirada perdida
cuando la
leo al espejo, y sé que es herida
de otra
vida, en el nostálgico verde
donde se
esconde mi alma, cuando no olvida.
© María Gabriela Micolaucich
Con alma de bolero Gaba
ResponderEliminarQue bello poema Gaby. Un sentimiento que se pega en el alma. Gracias. Abrazos gigantes
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