Él no sabe
aún cuánto lo quiero.
Él no sabe de poesía.
No sabe lo
que cuesta
poner en palabras
estas voces
y sentimientos.
Él cree que pierdo el tiempo.
Él me ve
sumido
en una tarea inútil,
vana, sin importancia.
No ha
sabido ver
que me habitan las palabras
envueltas
en pensamientos.
Él no sabe
cuánto sufro.
No comprende
mi dolor y sufrimiento.
Entre
nosotros existe una muralla,
hecha de
rencores, miedos y cemento.
Una voz lírica viene de la infancia,
trae imágenes preciosas, recuerdos.
Reímos a la
sombra de tiernos
mandarinos y naranjos
y el
níspero hermoso que aún vive entre mis sueños.
En la siesta,
Hacemos carreritas con autitos.
Navegamos
en barcos de papel entre canteros.
Todos juntos jugamos a las cartas.
Vemos
dibujos animados en la tele.
Sin embargo nuestra historia
está repleta
de
accidentes, heridas, resentimientos.
Hoy nos
separa un abismo.
Estamos al borde,
unidos por
la sangre.
¡Ay, si supieras lo que siento!
¡Si
lograras ponerte en mi lugar,
solo un
momento!
Hemos olvidado,
mutuamente,
nuestros
colores preferidos.
Un huracán ha surcado nuestras vidas,
con
violencia.
No hemos
aprendido a domar el viento.
Miro una
foto, juntos en Mar del Plata.
Pienso en voz alta:
"Él no
sabe la falta que me hacen sus abrazos.
Verdaderamente,
él no sabe
aún cuánto lo quiero."
© Marx Bauzá
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