BRIZNA
Nace tenue
la mueca de la palabra
el domingo
de mis calles
se apresta
a las caricias ,
un aire
llueve reverdeciendo
el cinc de
los techos
la solera
del placard
fresco como
gigante
pasa el
automóvil que lleva
a los niños
gritos de
muchachos y mujeres
silencian
el apetito
latas de
cervezas vibran
-sedientas-
en la
caverna del tiempo
ordinaria y
áspera
una
sustancia acicala / la garganta
como veneno
debo
regresar al
simulacro
donde
gruesos sobres
rubrican
enérgicas
propensiones de poder
el perro
del vecino no molesta
Florián,
el gato
abandonado
esgrime
maullidos
a la luna
que no espera,
una señora
domina
cabellos
intensos
lloran su
sed de jazmines
por los
caminos del hambriento
sangre y
sed sangre
remueven los huesos.
© Marisa Martín
Muy bueno Marisa, se siente.
ResponderEliminarMaria Gabriela Micolaucich