Crónica de un naufragio
Se hunde lento el corazón
en la sangre espesa,
no quiere ahogarse
no desea sucumbir
ni permanecer en el cristal.
Cuando ya no puede nadar
contra la corriente
lo coloco en una botella
y lo mando a naufragar
como si
fuera una carta.
Lo introduzco en la sangre espesa
de la siesta pueblerina
y espero
que lo salves del naufragio.
© Rosa Lía Cuello
Gracias, Gus. Hermosa imagen!!
ResponderEliminaralguien va a salvar ese corazón.me gustóooo
ResponderEliminarSaludos Ro.
Anahí
Muy bueno Ro.
ResponderEliminarAlicia Borgogno
Muy bueno Ro
ResponderEliminarAlicia Borgogno
Gracias, Anahí!
ResponderEliminarGracias, Ali !
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