Poema de Blanca Lema
A tu
llegada era común que te enterases que, para protegerte,
tu familia había quemado tus libros.
Libros
Delante de
mí, de este mí en el cual ya no creo,
los árboles
mueven sus cenizas.
Avanzan con
pasos de soldado herido
mostrando
sus lomos negros, a cuestas.
Cumplen
pena. Ellos son los penitentes.
Textos de
carbón que se desvanecen
sin que el
humo pueda leerlos.
—¡Alto el
fuego!
Detrás de
mí, ese otro mí distinto al del recuerdo,
encuentro
la vieja caja de fósforos
y está
mojada.
La miro de
un lado y del otro
como se
mira la culpa.
Qué poco
hemos cuidado,
que no
tenga maldad
nuestra ingenuidad.
© Blanca Lema
Etiquetas: Blanca Lema
2 comentarios:
Las culpas del pasado nos golpean.
Un abrazo Graciela Barbero
Sombras quemándose en un espejo fantasma. Muy interesante. Gracias! Alfredo Lemon desde Córdoba
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