27/3/21

Poema de Alejandro Méndez

 



Un cuáquero en la corte de los milagros 

 

La educación sentimental

fue un título con abandonos documentados.

 

La educación sentimental

fue pura vocación crónica y automedicación.

 

La educación sentimental

requirió posgrados y maestrías.

 

 

Sentimental,

la ambición por el mar proclamada desde la orilla.

 

Sentimental,

la disposición del repertorio de nombres propios.

 

Sentimental,

la nota más alta en el karaoke.

 

 

Mi educación sentimental

fue como el grito de guerra de los esquimales,

en silencio.

 

Mi educación sentimental

               fue como el rezo secreto de los ateos.

 

Mi educación sentimental

fue como el ave fénix, pero mis hombros

no cargaron el cadáver de mi padre.

 

 

Educado

con el metrónomo de las pasiones menores.

 

Educado

en la creencia del dios de la simetría.

 

Educado

para mirar el Rubicón sin cruzarlo.

 

 

Una educación sentimental

para poder contarla y despuntar el vicio por los aforismos.

 

Una educación sentimental,

ahora que la lírica está muerta y hay déficit de laúdes.

 

Una educación sentimental

revisionista y autoindulgente para llorar a secas.

 

 

Sentimental,

la mano que escribe ajena al cuerpo que la sostiene.

 

Sentimental,

aun leyendo los diarios o sacando la basura.

 

Sentimental,

en los 0.4 segundos de la sístole y otros tantos de la diástole.

 

 

Tuve una educación sentimental

con temblores como un cuáquero del siglo XVII.

 

Tuve una educación sentimental

jacobina en las despedidas y garantista en el placer.

 

Tuve una educación sentimental

supersticiosa a la manera de los pigmeos.

 

 

Fui educado

por la didascalia homoerótica de mis tías.

 

Fui educado

en el dojo de un cinturón negro

para aprender a caer con elegancia.

 

Fui educado

               para ser paciente como un filólogo

               con su piedra Rosetta.

 

 

Sentimental,

por las mañanas separando las hebras del té.

 

Sentimental,

el tarareo del estribillo de esta canción.

 

Sentimental,

la diáspora de amantes.

 

© Alejandro Méndez

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5 comentarios:

Anonymous Anónimo ha dicho...

Poemazo! Sentires, sensaciones, marcas o mandatos expuestos en imágenes esplendentes. Repeticiones rítmicas rotundas, sentencias como látigos. Muy bien escrito. Gracias! Alfredo Lemon

27 de marzo de 2021, 16:18  
Blogger Noemí Correa Olivé ha dicho...

Muy interesantes las imágenes literarias, me gustaron muchas, pero la del dojo y la del filólogo, me encantaron!! Felicitaciones!!

27 de marzo de 2021, 16:40  
Blogger Edda Sartori ha dicho...

Me encantó tu poema. Vital. Conceptual. Irónico. El lenguaje juega en diferentes espacios. Disfrute!

27 de marzo de 2021, 21:44  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Bello poema basado en enumeraciones, contradicciones ideas que se vonstruyen y se autodestruyen en el verso siguiente, como una sistole y diastole internas. Me gustó mucho. teregerez

28 de marzo de 2021, 0:46  
Anonymous Anónimo ha dicho...

volcar el alma y la palabra en iempos de palabras. fantástico!susana zazzetti

28 de marzo de 2021, 10:32  

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