18/2/21

Poema de Andi Nachon

 


qué hueco de mis manos

qué dirección de mi pie

para que se reconozca lo único que quise tocar

el único lugar hacia el que quise ir

Juana Bignozzi

 

Veintiuno de septiembre y tan modesta llega

este año la primavera: entre los jazmines, la azalea blanca

ilumina mi terraza suburbana, trae en reflejo

la otra puro estallido púrpura

 

su alegría bajando por Sarmiento hacia tu casa. Juanita

hay que cumplir años

cada veintiuno de septiembre y esta primavera escueta

te devuelve a mí con obstinación. Esa azalea un obsequio

 

donde en espejo se hizo evidente el dejo: poco

te importaban a vos plantas, infancias o pequeñas

compañías domésticas. Juanita, rara nuestra amistad

esa atolondrada que fui yo y en vos

 

la niña ogresa. Una princesa proletaria, en cruzada

lúcida y fiera frente a todo

eso que no cumpliera tu norma: alta cultura y el arte

su mascarón de proa. Suena hueco y me dejo ir

 

dos torcazas anidaron la medianera

un barullo frágil entre azahares, enredaderas

y ellas ahí, su nido de restos, cables plastiquitos

nimiedades hacen cobijo. Te cuento esto y me veo

 

camino a tu casa la azalea púrpura

explosión de flores en tributo

esa dama que vos eras y yo

a mi modo punki te adoraba.  Compartimos sangre anarquista

 

pertenencia a estirpes perdedoras, bien lo sabías

tus relatos de Saavedra, el padre panadero

abrió para vos la ópera y el amor

por todo eso que en belleza fuga y

 

detiene el tiempo.  De otro veintiuno es el mail

te cuento mi embarazo después de un año sin pistas y al momento

vos respondés: soñé que me hablabas. Digo esto cuando es septiembre

querría yo este aire durara siempre

pero se escapa tan firmemente como mi hija

 

cumple años cada año y vos

no llegaste a conocerla. Pienso si será transitivo tu blasón

si quererte fue casi

amar a mi madre así de loca y voraz. Qué escudo representa

 

tanta sed de gloria en la primavera incipiente

me detengo en naderías, vos lo sabías y llegás acá

para recordarme: qué hueco podré tocar, adónde

dirigir los pasos en avance constante

 

querramos o no. Juanita, no hay cruzadas ni guerras santas

este veintiuno mío ni siquiera veo

más allá de ese nido, tan precario su cobijo tan

poquita cosa cuando te trae

 

 a mí de regreso. Así esta primavera

su respiración cruza cactus y plantas, me recuerda

qué batallas enfrentar cuáles

hacer un lado y porqué se aman

 

estas cuestiones cercanas, su celebración

cada veintiuno de septiembre en regreso

aquello que florece y sabe, sí que sabe

también pasará.

 

© Andi Nachon

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1 comentarios:

Anonymous Anónimo ha dicho...

Qué buena descripción poética Andi. Hay luz de primavera florecida y renovada en tus palabras, en tus imágenes. Alfredo Lemon

18 de febrero de 2021, 19:15  

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