Poema de Carina Sedevich
En el camino hacia las termas
se nos aparecen criaturas.
El cielo puro, azulejado,
se encastra sobre la tarde rápida.
Se abre la arcilla de los montes
en grietas que corren como sierpes.
El vacío puede completarse.
Tenemos feraces pensamientos.
© Carina Sedevich
Etiquetas: Carina Sedevich
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