LOS FAUNOS QUE AMO
Inmóvil carcajada del asfalto
se acomoda entre dos puntos.
La ruta envolvió
toda la tarde.
De la mar a la nada,
un suspiro.
¿O fue el sueño del mar?
Yo voy pensando en la tibieza
y entonces
la vigilia se hace tenue.
El camino, leve.
Hay espera en los abrazos
de los dos faunos que amo.
© María Laura Burattini
Ay! Muy sensitivo! Beso !
ResponderEliminarBello, sutil. Me gustó!
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