Poema de Paulina Vinderman
Camino junto a una cerca de estacas
puntiagudas
y sueño con un faro.
"Si supieras todo lo que vi crecer, mi
corazón".
El faro con el que sueño era un dibujo
tosco
sobre una tapa amarilla.
La hija del guardafaros observaba el mundo
y subía bajaba sus escalones de piedra
canción.
Llamaba por sus nombres a las gaviotas
crédulas,
blancas de tanto vuelo.
"Todo lo que vi crecer".
Los presentimientos y una espera donde ya
asomaba el dolor (todo en el mundo es
espera y dolor.)
Ella y yo cantábamos el ruido del mar.
Muertas de frío, con saquitos de lana
tejidos
a mano, viendo danzar las llamas en la
estufa.
La soledad no es hambre.
La tristeza no es nada: lluvia que pasa y
deja
todo lavado y reluciente como un muerto.
"Si supieras todo lo que vi crecer, mi
corazón".
Algas, sobre los amores para siempre.
Una ciudad hecha de hilos de ciudades:
Ciudades estado, ciudades recuerdo,
ciudades
apiladas como libros viejos, como noches en
blanco.
como la esencia de la oscuridad
(loca de luna y de cerezas silvestres).
© Paulina Vinderman
Etiquetas: Paulina Vinderman
4 comentarios:
Hermoso poema Paulina, cruzado por imágenes sensuales y pinceladas de aguda observación. Suave y profunda siempre. Saludo desde Córdoba, Alfredo Lemon
Qué final brillante!Es Paulina!
Brillante final,Paulina!Te admiro!Graciela Corrao
Muy bello, lleno de nostalgia y sugestión.
Publicar un comentario
Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]
<< Inicio