animales mansos sin apuro
¿Te acordás de la foto en que creí ver una
escoba tirada en el patio
y era el caballito de tu hijo, puro
encantamiento?
Primera vez que experimenté la presencia
del hijo del otro
Era el juguete hundido en el pasto alto en
plena tarde
Como un satélite multiplicándose:
la flecha inmóvil de una batalla, su
término,
un remo perdido en las costas de tu mar, o
el mástil caído
de una rendición.
Así tirado era nuestra línea de partida
una hilera de frutales nuevos,
la necesidad de envión que persiste y es
así
como toda revelación comienza,
primero el escalofrío, algo que confunde y
se deforma,
una transición de imágenes de distinta
hospitalidad
una verdad que llega y asesta sus
tentáculos
mientras ya pisamos lo inminente
Ahora hablamos por teléfono y el perro de
la esquina ladra,
tus vecinos hacen ruidos que no descifras,
caminan en un plano paralelo al nuestro
y nosotros buscamos el cómo, el de qué
manera
así como ese desafío virtual que me
enviaste:
encontrar un perro entre las vacas, un oso
entre las pastillas,
la gallina entre las ovejas
Encontrar un rayo en el sin sentido,
un reguero de pólvora en un planeta de
agua,
un amor que no hayas podido detener
Una luz tapada fuimos, el uno en el otro,
de la que solo acariciábamos su cáscara
como un disparo alojado bajo la piel
hasta encontrar ese caballito perdido en el
jardín
un relincho bajito y luego
salir a galope,
despedirse
irrumpir
por primera vez, maravillados
© Laura García Del
castaño
Siempre genia
ResponderEliminarMaravilloso!
ResponderEliminarBrilla con precisión la descripción de tu escritura y nos trasmite un momento de calma y maravilla. Celebración a tu imaginación por las imágenes que esplenden. A disfrutarlo! Te abrazo grande! Alfredo Lemon
ResponderEliminarPuede tocarse la vida ... gracias
ResponderEliminarBuscar, buscar hasta el encuentro," el relincho bajito y luego...., que emoción. Abrazos Laurita. Marta Comelli
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