TRANSPARENCIA
Todos los atardeceres la mujer se sienta en
el patio de la casa. Si alguien la acompañara vería como su cuerpo se vuelve
transparente al compás de la sombra. Primero surge un mapa encendido de venas y
de vísceras, luego, más abajo, una población de huesos huecos por donde el
viento corre como un golpe de música.
La mujer sonríe y levanta un brazo en la
noche incipiente. Unos minutos más y se apagará el resplandor del hueso
iluminado por canciones remotas y ocultará la piel el color de la sangre.
Cuando todo concluye, ella guarda la silla
bajo el alero y vuelve a la cocina, llevándose el secreto de la transparencia
del mundo.
© María Rosa Lojo
Bello y hondo texto DE María Rosa Lojo!
ResponderEliminarBello y hondo texto de María Rosa Lojo!
ResponderEliminarHermoso. De una tremenda plasticidad.
ResponderEliminarHermoso texto...mágico. gracias
ResponderEliminarLa magia de sentirse transparente. muy bueno
ResponderEliminarUn abrazo Graciela Barbero