19/9/20

Poema de Juan Carlos Rodríguez

 


Plegaria apócrifa


Prohibido caer hasta tu cuerpo

y ganar en tu cama la almohada de tus brazos.

Háganse tus voluntades

aunque yo no las entienda.

Que un pájaro pase su ala y repase

la caricia que no está o adivine la línea

de la vida que no fue.

Que un Dios sagrado

muerda tu témpano

como quien deshace el frío,

beba mi sed de años de vos

como quien evapora al mar.

Prohibido bañarse en una lágrima de agua salada.


Que todas las mañanas

intentemos una plegaria en tu nombre y en el mío

sagrado secreto a voces

en un amanecer sin sospechas.

Que la próxima copa de vino sea nuestra

y no nos quemen los labios las palabras

Que la luna nos estruje en lugares prohibidos

donde dejar despojos enamorados.

Que nos devore el sol, a mí primero…

para escribir mil páginas o tal vez, una menos.

Que no queden restos que delaten nuestro encuentro.

Que los que se psicoanalizan en brazos del demonio

se muerdan los labios de bronca o de envidia.

Y tú y yo, libres de caer en la tentación,

agitemos nuestras alas

para echar a volar sin paracaídas.


Pero antes, entonemos nuestro credo.

Que el ojazo del cielo nos aplaste

y el oro de sus rayos devalúe

que lo hermoso de lo hermoso se desgaste.

Que el mundo siga respirando

nosotros viviendo y vos brillando

Que perpetúes un gemido, ahí,

en la desembocadura.

Que el viento anuncie que estás en celo.

Que alguien bese tus miedos convirtiéndolos en sueños

y te convenza de que puedes hacerlos realidad.

Que de cada beso nazca una poesía.

Que salgamos ardiendo, intentando salir ilesos.

Oremos para que tú le robes formas

al ondulante espejo,

para que serpentees en mi cuello

con algas robadas al cielo.


Hagamos una cadena de oración

para que puedan volar nuestros cuerpos, tus ganas, mi fuego.

Para estrellarnos ya habrá tiempo.

Hagamos la pregunta que culmina las oraciones,

que le da respuestas a nuestro especial modo de tener fe.

¿Cuántas veces hemos hecho el amor?

¿Y cuántas veces lo hemos dejado de hacer?.

Que yo pueda desnudarte la piel y morderte el alma

Que tú puedas pisarle los pies a todos mis demonios.

Que nadie sepa que el infierno también tiene su lado bueno.

 

© Juan Carlos Rodríguez

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1 comentarios:

Blogger Nerina Thomas ha dicho...

Un poeta que trasmite la pasión en cada verso. Pinta al mismo con colores de primavera, aunque sea pleno invierno. La pasión no se mide, se siente.

20 de septiembre de 2020, 18:35  

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