Con cuchara de palo revuelvo el año
para que no se oxiden los recuerdos
y floten.
Somos muchos
el guiso no alcanza para el hambre de todos
hay que raspar el fondo
sacar la costra quemada
masticar sin cobardía
apretar las tripas
tragar mirando lejos
en dirección a un tiempo que vendrá al
rescate.
Aquí la inocencia no tiene cabida
los chacales advierten su olor a talco
en cambio, le temen al hambre organizado
tienen miedo los perros,
gruñen, pero retroceden
nos quitan la mirada
cuando los vemos a la cara
no pueden, no saben,
no tienen ojos que aguanten
la luz.
© Irene Scalabrelli
Bravo Irene !! siempre la sombra retrocede ante la luz. Abrazo.
ResponderEliminarPoema comprometido...le temen al hambre organizado... gruñen pero retroceden. Que se haga siempre luz.
ResponderEliminarSaludos
Romina R Silva
Un gusto leer este poema!
ResponderEliminar"Con cuchara de palo revuelvo el año/ para que no se oxiden los recuerdos/ y floten"
Gracias.
Teresa Vaccaro
La luz... siempre la luz... hermosamente dicha...puede tocarse
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