CUARENTENA
Sobre los párpados del día
anida la esperanza.
El miedo ladra y muerde
desata abismos interiores.
El paso de las horas
nos deja ciegos
sonámbulos de voces.
Lo cotidiano nos mira
desde la masa del pan
que duerme su desvelo
en los ojos de la levadura.
Somos dos
y la casa se ha vuelto un continente
donde el amor es un hechizo
que trepa cordilleras.
Somos dos
en el espanto del viento
en esta sed de montaña
para que arda el lucero.
Somos dos
y un ejército de calandrias
ilumina nuestra sangre
para que la poesía cante
a pesar de la lluvia.
© Reynaldo Farías
Felicitaciones Reynaldo !!!
ResponderEliminarFuerte y Bello tu poema,
con un final amable que esperaba.
Abrazo.
Teresa Vaccaro
Excelente tu poema Reynaldo! Describe nuestros oscilantes estados de ánimo en una cotidianeidad extraña que a veces nos agobia. Gracias por entregarnos ese final esperanzador. Y que "la poesía cante a pesar de la lluvia"! Alfredo Lemon desde Córdoba
ResponderEliminarsimplemente exquisito, como toda tu literatura! susana zazzetti
ResponderEliminar"La casa se ha vuelto un continente", es verdad y quizás siempre lo ha sido. A veces la vida nos enfrenta con lo imprevisible y lo imprevisible suele revelar certezas. Muchas gracias, Reynaldo
ResponderEliminarGracias Tere Vaccaro, Alfredo Lemon, Susana Zazzetti y Ana por tanta amabilidad.
ResponderEliminarExcelente, Reynaldo! "La casa se ha vuelto un continente..." en el que la verdad se desnuda de apariencias. Abrazos!!
ResponderEliminarLa casa se ha vuelto un continente ¡¡¡
ResponderEliminarhay que dejar registro de éste tiempo Gracias y Felicitaciones querido Reynaldo abrazo
Gracias Noemí, gracias Norberto. Abrazo.
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