Poema de Daniel Arias

Entra la ventana en el otoño

el aire, tu abrigo y también tu frío,

la tarde y tu sombra,

tarde y signo de otra tarde,

una falsa esperanza anunciada

por ángeles enviados a guardar

los plazos y los corazones.

No creo en esa parte del cielo

ni en visiones hermosas,

no heredo tiempos fecundos,

me rozan ángeles temerosos

entrando alineados en mí pecho

como hermanos obedientes,

el castigo es una tormenta de piedras

cuando muere el sol,

en esto vive el signo de la noche

el signo de los creyentes

los creyentes en el grito y los gritos repetidos,

humo de otoño,

también la certeza y la prueba.

El descenso del cielo sobre tus pasos

rostro vivo de adoración,

señales y signos vivos,

otoño en el viento,

y tu frío.

© Daniel Arias