25/6/20

Karina Raponi recuerda a Alda Merini



Oh Dios, 
¿a qué debo renunciar 
para sentir los vientos 
de la primera mañana, 
una brisa de estrellas silenciosas 
que vuelan y se pierden 
en el firmamento 
como ráfagas de fuego?
¿Pero quién ve en mi 
esta epidemia de fe? 
Estoy colmado de ángeles pecadores 
que vienen a mí 
pero desean regresar a Dios. 
¿Cómo se hace para volver a Dios 
después del silencio del universo?

© Alda Merini




Lengua inclusiva

Los planetas
desde el cielo,
te arrojarán las palmas.
Y a veces
algo mejor que eso.
Algún NO que servirá de SI
cuando florezca.

El instinto
como un paracaídas.
Saltaremos
más allá de nuestro canto,
ante ojos sibaritas
que se cierran,
y saborean
nuestras migas
de temor
en el descenso.

Despertamos desnudos
en nidos calientes,
cuerpos cilíndricos
y un reguero de piel seca.
Ningún género se extinguió,
ningún fruto
ha mermado su semilla,
y están todos allí,
al alcance de la lengua.

© Karina Raponi

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1 comentarios:

Anonymous Mariasilvia Paschetta ha dicho...

"Algún no que servirá de sí..."
Sucede.

25 de junio de 2020, 1:23  

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