TEMA DEL
DESLINDADO
A Selia
Ribero, la pastora dormida en las arenas.
A Susana
Rosa.
tu non
ricordi: altro tempo frastorna la tua memoria
Eugenio
Montale
RELATO DEL PRÓDIGO
Encuentro
que ya nada puede justificar este
destierro.
Tengo que
rescatar, no por perdón ni orgullo
aquellas
lejanías, donde la luz disputa su límite
mortal a mi memoria.
Ahora estoy
sin defensa entre estos muros.
Es inútil
cantar, no lejano de mí, sin bandera ni
signo.
Todo está
sin historia.
A quién
debo llamar, en circulares noches
extrañísimas,
por tan
triste ciudad, ya condenado a padecer sus
días.
Encuentro
que es inútil danzar, desnudarse, insultar,
guardarse
en ataúdes con tempranas coronas,
inundar de
silencio, de infernales lamentos a la
sangre,
amarse a
uno mismo entre espejos, tinieblas,
pavorosos otoños con pálidos jardines,
buscar la
compañía de los pájaros en las plazas,
consolarse
con un libro de poesías,
escribir
las epístolas de la soledad a su mortal
oscuro,
relatar
esas noches que transcurren entre ruidos de
trenes y de mares
cerca de la
ciudad, donde todos están completamente
llenos de misterio.
Debo acaso
esperar una muerte con mortaja de
carteles,
con
números, con rituales señores,
sin aquel
calendario de las lluvias, sin el viejo
sagrario,
sin el
fuego que extingue sobre las playas su señal
primera?
Encuentro
que ya nada puede justificar este
destierro!
Cerca del
sur,
hay un país
de jóvenes perfumes, que aún guarda
entre sus vientos mi llamado,
una tierra
que gobiernan las estaciones con sus
magias
y los
frutos crecen con sus ritos de celestes veranos;
espléndida
de luz, penetrada de cielo,
en la cual
el corazón cavaba su música;
una tierra
sin luchas ni derrotas, llena de
inacabables lámparas, de hundimientos,
de nieblas, de galopes.
¡Golondrinas,
palomas, espigas,
linares
terrestres donde Dios derramaba su mirada:
Días
inmortales de precipitadas campanas y sitiados
aromas!
(Aún sigo
con mi horror a las ánimas y a las
consagraciones.
Escucho
entre el asedio de los hambres, entre las
muertes diarias,
el sapiente
tocar de los cencerros y el viento
desgarrado de álamos.)
En algunas
tardes de este oscuro y cruel Buenos
Aires,
alargo mi
mano a las lejanías y siento maderas
silvestres, enlutadas aguas,
tiempos con
sus caudales de luz, cuerpos de otros
seres que tocaron mi rostro,
que huyen
hacia regiones de guirnaldas, de
arboledas sin fin.
Encuentro
que ya nada puede justificar este
destierro.
Se hace
noche y día sobre esa tierra de nardos
victoriosos,
alucinado y
hondo país de amapolas, de pájaros,
con sus
muertos que abisman mi memoria en tan
remoto fuego.
Aún sigo
como el pródigo perdido que ha grabado
su nombre en las arenas
y piensa
regresar un día, con sus labios nocturnos
en el viento.
© Romilio Ribero
(Capilla del Monte, 1933-Córdoba, 1974)
HÁBLAME del
agua que transcurre
más allá
del tiempo.
Esa
corriente, ¿es pasible de ser vivida?
¿cabe en el
puño de un mono?
¿vale más
que los huesos del cráneo?
¿es útil
como las hierbas
y el aire?
Dime si es
cierto que volvemos
a ser
hermafroditas.
A veces
digo “eras mágica”
y acuden
los espectros a vestirme.
Y no
sé
si fuiste o
no fuiste
la que ha
partido sin mí,
la que no
precisó de mi mano
para subir
a la barca.
© Eugenia Cabral
El poeta recordado, Romilio Rivero, intenso y profundo poema Oscuridad y luz.Saboreando la vida y viviendo un infierno. Gracias por traerlo, no lo conocía.
ResponderEliminarY tu poema,realmente bello,de mágica nostalgia.
Saludos
María Paula Mones Ruiz
Qué buen poema elegiste querida Euge para recordar a Romilio Rivero! Y vos, comprometida siempre con la palabra que pone belleza al sentimiento y cuerpo y corazón a las ideas. Tu poesía intensa que te valió el Reconocimiento al mérito artístico por tu obra y trayectoria por parte del Gobierno de la Provincia de Córdoba. Bravo! Dejo aquí unas líneas tuyas de "Metal contra metal": "Un peldaño más abajo, aquel sótano secreto del mundo./ Había un poema...no, no, era una tragedia. /Sed. Pan. Sol. ¿Delante de qué altar estaremos realizando el holocausto esta vez?. Abrazo grande Alfredo Lemon
ResponderEliminarMe encantó!!!! Romilio Rivero, un gran poema y una belleza los otros dos publicados aquí de Eugenia Cabral!!!!
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