EN
CELEBRACIÓN
Estás
sentado en una silla, nada te toca, sientes
cómo se
vuelve el viejo un ser más viejo, imaginas
sólo la
paciencia del agua, el fastidio de la piedra.
Piensas que
el silencio es la página de más,
piensas que
nada es bueno, ni malo, ni siquiera
la sombra
que invade la casa mientras tú miras, sentado,
cómo la
invade. Otras veces la has visto. Tus amigos
pasan tras
la ventana, en sus rostros la marca de la pena.
Quisieras
saludarlos pero no puedes ni alzar la mano.
Estás
sentado en una silla. Te vuelves hacia la yerbamora
que
extiende sobre la casa su red ponzoñosa.
Pruebas la
miel de la ausencia. Es lo mismo.
Dondequiera
que estés, es lo mismo que se pudra
la voz
antes que el cuerpo o que se pudra el cuerpo
antes que
la voz. Sabes que el deseo lleva a la pena,
la pena a
la consumación, la consumación
al vacío.
Sabes que esto es diferente, esto
es la
celebración, la única celebración,
sabes que
si te das entero a la nada
habrás
sanado. Sabes que hay alegría en sentir
cómo tus
pulmones preparan su futuro de ceniza,
y así
esperas, miras y esperas: el polvo se establece.
Rondan la
sombra las horas milagrosas de la infancia.
© Mark Strand
(Traducción:
Octavio Paz)
respira y
el aire va acariciando
el interior
de su cuerpo
no sabe que
cruzando la calle
respira un
perro
respira un
árbol
nadie sabe
esas cosas
en el calor
de un 1 de
enero al mediodía
la ciudad
se quedó muda
y ausente
suspendida
en ese extrañamiento
de años que
se van o años que llegan
¿se van
adónde?
¿llegan los
años
como si
fueran pajaritos
atravesando
la espesura?
respira y
no sabe
no es
necesario saber
el poco de
viento
las flores
violetas
el fruto
caído
de una rama
© Celina Feuerstein
Hermosos ambos poemas un abrazo, Celina,
ResponderEliminarHermosos ambos poemas un abrazo, Celina,
ResponderEliminaralicia pastore