HOY ME
DUELEN LOS BRAZOS
Hoy me
duelen los brazos...
quizá
porque me levanté temprano
y ordené
muy de prisa mi casa,
y desperté
y levanté a los niños,
desayunamos
y lavé las tazas,
y los llevé
corriendo hasta la escuela,
y me fui a
mi trabajo.
Hoy me
duelen los brazos...
Tal vez porque
volví de mi jornada
y me
dispuse a preparar la cena,
y mientras
tanto lavé alguna ropa,
hice hacer
los deberes a la nena,
y me vi en
el espejo tan cansada
y con la
cara larga que da pena.
Hoy me
duelen los brazos...
Yo creo que
porque escuché decir
que hay
niños que se están muriendo de hambre,
y miré a
mis dos hijos tan dormidos,
y me
invadió una pena, así de grande,
y cerré con
tal fuerza los puños
que me
brotó la sangre.
No sé por
qué
hoy me
duelen los brazos...
© Alicia
Scherer
(1944-2005)
Despedida
Para Maia
Tú sabes
que algún día también cerraré los
párpados
pesados de
sueño.
Contendré
el aliento,
callaré
todas las palabras.
Un día
inexorable
mi cuerpo
podrá dar vida en otra vida,
y renaceré
en brotes nuevos
o flotaré
efímera en el aire.
Seré nube,
y el viento será mis alas.
Un día las
pupilas esconderán todas mis horas.
Pero seré
caricia en la siesta de verano,
Y si
escuchas, te hablaré desde lejos
en un
idioma nuevo…
Yo estaré
donde me busques,
sin
esconderme, para que me halles:
Sentirás mi
presencia secando tus lágrimas,
te acunarán
de nuevo mis brazos sin que tú lo sepas,
revolverán
tus cabellos mis manos sin peso,
y te
gritaré con toda mi sangre
que estoy
contigo.
Habré de
morirme de tanta vida,
corriendo
despacio por mis venas.
Un día
perdonarán mis falsos pecados.
Sólo tú
sabrás de mis brazos cansados.
Humana y
simple,
me iré como cualquiera
a descubrir
secretos que no podré contarte.
No quiero
ser lágrima,
recuerda
mis cuentos y mis tontas hazañas,
quiero ser
tu risa inventando arcoíris,
y ese
brillo en tu mirada.
Siembra un
naranjo en el patio o en la plaza,
y mis
sonrisas serán sus frutos
y mi poesía el azahar que arome
tus
mañanas.
Si tú me
guardas,
aunque mi cuerpo muera,
me iré sin
irme,
y viviré
por siempre.
© Elsa Córdoba
Sentido tu homenaje, y tremendo tu poema. Gracias Elsa por acercarlo.
ResponderEliminarAbrazo desde siempre
Cristian Jesús Gentile