21/6/20

Elsa Córdoba recuerda a Alicia Scherer


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HOY ME DUELEN LOS BRAZOS

Hoy me duelen los brazos...
quizá porque me levanté temprano
y ordené muy de prisa mi casa,
y desperté y levanté a los niños,
desayunamos y lavé las tazas,
y los llevé corriendo hasta la escuela,
y me fui a mi trabajo.
Hoy me duelen los brazos...
Tal vez porque volví de mi jornada
y me dispuse a preparar la cena,
y mientras tanto lavé alguna ropa,
hice hacer los deberes a la nena,
y me vi en el espejo tan cansada
y con la cara larga que da pena.
Hoy me duelen los brazos...
Yo creo que porque escuché decir
que hay niños que se están muriendo de hambre,
y miré a mis dos hijos tan dormidos,
y me invadió una pena, así de grande,
y cerré con tal fuerza los puños
que me brotó la sangre.
No sé por qué
hoy me duelen los brazos...

© Alicia Scherer 
(1944-2005)





Despedida 
                         Para Maia

Tú sabes que algún día  también cerraré los párpados
pesados de sueño.
Contendré el aliento, 
callaré todas las palabras.
Un día inexorable
mi cuerpo podrá dar vida en otra vida,
y renaceré en  brotes nuevos
o flotaré efímera en el aire.
Seré nube, y el viento será mis alas.

Un día las pupilas esconderán todas mis horas.
Pero seré caricia en la siesta de verano,
Y si escuchas, te hablaré desde lejos
en un idioma nuevo…
Yo estaré donde me busques,
sin esconderme, para que me halles:
Sentirás mi presencia secando tus lágrimas,
te acunarán de nuevo mis brazos sin que tú lo sepas,
revolverán tus cabellos mis manos sin peso,
y te gritaré con toda mi sangre
que estoy contigo.

Habré de morirme de tanta vida,
corriendo despacio por mis venas.

Un día perdonarán mis falsos pecados.
Sólo tú sabrás  de mis brazos cansados.
Humana y simple,
 me iré como cualquiera
a descubrir secretos que no podré contarte.

No quiero ser lágrima,
recuerda mis cuentos y mis tontas hazañas,
quiero ser tu risa inventando arcoíris,
y ese brillo en tu mirada.

Siembra un naranjo en el patio o en la plaza,
y mis sonrisas serán sus frutos
y  mi poesía el azahar que arome
tus mañanas.

Si tú me guardas,
aunque  mi cuerpo muera,
me iré sin irme,
y viviré por siempre.

© Elsa Córdoba

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1 comentarios:

Blogger Cristian Jesus ha dicho...

Sentido tu homenaje, y tremendo tu poema. Gracias Elsa por acercarlo.
Abrazo desde siempre

Cristian Jesús Gentile

25 de junio de 2020, 1:06  

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