David Sorbille recuerda a Miguel Madrid

PLENILUNIO 

Alimenta la hojarasca 

la pira de los miedos. 

Epitafio final. 

Las cenizas que abonan 

el suelo marchito, 

no podrán detener 

el humus de la tierra. 

Reverdecerán los brotes, 

el aliento regará alboradas.

  

Ofreceré mi materia 

a la alquimia 

de nuevas creaciones. 

El alma volará los cielos, 

mi corazón será de todos. 

Sin eclipses, 

sólo plenilunios.

© Miguel Madrid

La puerta de mi memoria

                   A Roxana Palacios

He vuelto a leer Ocho días después,

y como vos decís: la vida también es escritura,

como este momento en donde atravieso

la puerta de mi memoria

y siento la necesidad de transcribir este nuevo libro,

como lo hice con tu primer poemario

que te envié porque no tenías el archivo,

y en definitiva rememorando el resto de tus libros

atesorados en un espacio que preanuncia

el descubrimiento de la soledad,

tal como vos la definís al caminar entre las letras

de un orden anterior que rige el trazo;

un antes y un después,

tal vez con la rémora de las cuestiones

que pesan más que otras,

lo que puede dar un sentido a lo que hacemos

o dejamos de hacer, pero ahora estoy junto a un libro

que apacigua el vértigo  de los días,

reconstituye el destino de nuestros queridos ausentes

y tus textos son poemas más allá de lo dicho,

versos envolventes de voces sutiles y misteriosas,

emotivos pasajes de la vida y la muerte

y esta sensación que me conmueve:

Ocho días después, prueba lo que afirmo.

© David Sorbille