El pan y la
madera
No pongas
el mantel, niña.
Deja la
mesa al desnudo.
Deja
también el pan al desnudo.
Que se vean
juntos
el pan y la
madera.
El calor y
la dicha
nacieron de
esa cita.
Mi padre
llevó las horas.
Mi madre
llevó un cesto
trenzado
con el cielo.
¡Cuántas
veces el sol
entró con
ellos!
No pongas
el mantel, niña.
Ahora no,
después sí,
cuando se
duerma esta ráfaga
de retratos
todavía dorados.
Mi padre me
acercó al desvelo.
Mi madre me
acercó a una fuente
con ángeles
custodios.
Si hay
fantasmas en las sillas
son espejos
del silencio,
del
silencio y nada más.
Pronto
llegará el momento
de iluminar
la comida.
No pongas
el mantel.
Deja caer
la ilusión
sobre el
pan y la madera.
© Héctor Miguel Ángeli
No hay
Cuesta
llegar a fin de mes
a fin de
semana
a fin del
día.
Qué hacer
con el último gemido
de la
heladera.
Con este
frío que atraviesa la puerta cerrada
cuando los
niños ya no piden
porque
intuyen la respuesta
y juegan a
negar
la
impaciencia del estómago.
Alguien
empuja un changuito de envoltorios
las
cáscaras del hambre.
El pan es
una urgencia
que no pasa
de moda.
© Claudia Tejeda
Bellísimo poema de Héctor Miguel Angeli que halló eco y resonancia en tu pluma, Claudia. Bravo.
ResponderEliminarBellísimos poemas, gracias. MARÍA CRISTINA DI LERNIA
ResponderEliminarAy! Claudia! Esa maestría tuya de combinar palabras y realidad! Emotivo también el poema de Héctor Angeli.
ResponderEliminarEmocionante!
ResponderEliminarMe dejó impotente tu poema, Claudia.
ResponderEliminarQué bello poema el de Héctor Miguel Angeli, hace visible al lector esa mesa sin mantel en idilio con el pan, incluso la cálida luz dorada de la tarde, que también sugiere la presencia de los ausentes.
ResponderEliminarY el poema de Claudia, tan a tono con la contingencia.Dos poemas, uno con la presencia y el otro con la ausencia de aquel alimento que desata tantas emociones.
Un abrzo
Juany Rojas
Bellísimos poemas, y siempre el pan que nos lleva por distintas visiones y realidades.
ResponderEliminarGracias, Claudia.
Abrazo
Elisabet
Qué buena conjunción... gracias, Claudia.
ResponderEliminarDos versiones del pan y la tuya...la tuya que conmueve tanto!
ResponderEliminarBesosss
Muy bellos los dos poemas. Lo cotidiano, las ausencias, las carencias como materia poética. Cuando el dolor acecha, ahí está la poesía tendiendo su puente de plata. Gracias!
ResponderEliminarEl pan nuestro de cada día, que motivó a Angeli y Claudia. Excelentes.
ResponderEliminarAnahí Duzevich Bezoz
El final impactante de tu poema Claudia, es una sentencia, un clamor: "El pan es una urgencia que no pasa de moda". Magnífico, además pintando la realidad de nuestro hoy circundante, se espeja con la visión que ofreció en su momento Héctor Miguel Angeli. Bendiciones para estas voces que con belleza, piden que el alimento cotidiano no le falte a la nadie! Alfredo Lemon
ResponderEliminarAy! Intenso, inmenso como el pan nuestro de cada día como el deseo que a nadie falte. Te abrazo y felicitaciones.
ResponderEliminarEl pan de cada dia con mucha intensidad en ambos poemas, el pan de la vida abrazo Claudia!!
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ResponderEliminarLos dos entrelazados en versos. Qué maravilla!
Lily Chavez
No tengo palabras para agradecer el aroma del pan que me ha tocado el alma...
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